jueves, 22 de marzo de 2018


Pleno del Congreso de los Diputados. 21 de marzo de 2018

Toma en consideración de proposiciones de ley del Grupo Parlamentario Vasco (EAJ-PNV), de control político de las Cortes Generales de los actos y omisiones del Gobierno y del Gobierno en funciones.

El señor MARTÍNEZ OBLANCA: Muchas gracias, señora presidenta. Buenas tardes, señorías.

Esta iniciativa del Grupo Vasco incide en la cuestión ya planteada durante la fallida XI Legislatura sobre la obligación o no del Gobierno de la nación a someterse al control parlamentario mientras se encuentre en funciones; es decir, en la etapa que media entre la celebración de elecciones generales y la investidura de un nuevo presidente.

 Como ha recordado el señor Legarda, en los meses del año 2016 en que se prolongó aquella situación, inédita en la historia de España, se produjo un conflicto de atribuciones entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, con informes jurídicos asumidos respectivamente por las mesas del Congreso y del Senado que fueron contrapuestos por los del Gobierno en funciones con el argumento de que solo debía responder, en su caso, ante la representación del pueblo que lo invistió.

Ante la disparidad de opiniones jurídicas, consideramos necesaria la inapelable interpretación del Tribunal Constitucional para que se proporcione aclaración definitiva ante un supuesto que no se había dado nunca en los treinta y ocho años de período democrático y que también puede tener derivadas extrapolables en las comunidades autónomas, no así en los ayuntamientos, donde es sabido que, ante la falta de acuerdo para elegir a un alcalde por mayoría absoluta, gobierna automáticamente el candidato de la lista más votada en las elecciones municipales. En Foro nos parece que esa es una buena fórmula a explorar para evitar en el futuro los riesgos de repetición de otra parálisis política como la que se produjo en prácticamente todo el año 2016 y que fue consecuencia del irresponsable bloqueo a la práctica de investir al candidato del partido más votado por los españoles, tal y como había sucedido en todas las legislaturas anteriores, y todo ello para rebuscar mayorías aritméticas parlamentarias muy forzadas para tratar de investir a un candidato perdedor avalando, además, sus propios giros copernicanos sobre lo que se había comprometido en campaña.

 Me abstendré en la votación, señora presidenta.